Desde la Asamblea Ciclista hacemos un llamamiento al Ayuntamiento para que reconsidere la decisión de eliminar el carril bici de Isabel la Católica, esencial para la movilidad ciclista de la ciudad, y se abstenga de implantar un carril bici por el parque, de escasa utilidad.
El carril bici de Isabel la Católica es uno de los más usados en la ciudad, con más de 1000 viajes de media al día (sin contar aquellos que no pasan por el dispositivo aforador). Es un número comparable con el de viajes diarios de BIKI, número del que, con razón, presume el Ayuntamiento. Al tratarse de una infraestructura que conecta norte y sur de la ciudad, es de esperar que, con el creciente uso de la bicicleta y VMPs, un carril bici en esta calle sea cada vez más necesario.
Vemos que el Ayuntamiento es, en cierto modo, consciente de esta realidad, ya que considera necesario dar una alternativa con un proyecto de carril bici por los parques de las Moreras y la Rosaleda. Sin embargo, se trata de una alternativa insuficiente, pues incumple muchos criterios técnicos. El carril bici proyectado es demasiado estrecho, no está segregado del espacio peatonal y motorizado y no permite la permeabilidad con las calles colindantes. Este proyecto presenta un trazado inaceptable e inadecuado, como explicamos desde ASCIVA. Parece que el único objetivo es disimular, en un claro ejemplo de eco-blanqueamiento, el retroceso en movilidad ciclista que supone esta decisión.
A los ya mencionados problemas del trazado debemos sumar el coste de un millón de euros que la ciudadanía deberá pagar por este nuevo carril bici, que dará un servicio inferior al actual en todos los sentidos, perjudicando a viandantes, ciclistas, vecinos y vecinas de la zona, además de ser de dudoso beneficio para el tráfico de vehículos a motor. Para mayor inri, por el parque ya se permite la circulación de ciclistas. Por esta razón, si el Ayuntamiento quisiera trasladar el tráfico ciclista al parque, sería suficiente con señalizar la ruta y construir las rampas necesarias para salvar las escaleras (mucho más barato que el proyecto actual y menos destructivo).
Aunque creemos que no se debería eliminar el actual carril bici (y tenemos la mente abierta a otras propuestas), consideramos que, si el Ayuntamiento está empeñado en desmantelar el actual carril bici, al menos debería ahorrar a los ciudadanos la desastrosa alternativa que plantea. Proponemos que se señalice el parque como zona compartida, se construyan las rampas necesarias para salvar los tramos de escaleras y se reasigne el resto del presupuesto a otras obras de infraestructura ciclista correctamente diseñadas, algo que la ciudad necesita de manera desesperada.
No podemos evitar advertir que la decisión de eliminar el carril bici y añadir un carril vehicular demuestra que la prioridad para el Ayuntamiento es el tráfico motorizado y no, como pregonan, una convivencia entre formas de movilidad, como ya demostraron con la supresión del carril bici de la avenida de Gijón. Esta decisión va en contra de la innumerable lista de argumentos y evidencias que indican que las ciudades deben, por el beneficio de todos sus habitantes, potenciar el uso de la bicicleta y desincentivar el del vehículo privado.