CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA 2015 VALLADOLID

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Queremos hacernos eco de la nota de prensa enviada por Ecologistas en Acción al respecto de la contaminación atmosférica durante el año 2015 en Valladolid. Sabiendo que uno de los principales causantes de dicha contaminación son los coches queremos insistir de nuevo en la importancia que tiene la bicicleta para revertir esta situación.

La ciudad y las localidades de su entorno soportaron en uno de cada tres días una contaminación atmosférica que está dañando la salud de sus cuatrocientos mil habitantes La evaluación de los datos de las siete estaciones de las redes de control de la contaminación atmosférica del Ayuntamiento de Valladolid y de la central térmica de Michelín a lo largo del año 2015, así como de una de las tres propiedad de Renault, suministrados a Ecologistas en Acción por el Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León, permite observar que durante el año pasado los niveles de dióxido de nitrógeno, partículas y ozono en la ciudad han sido los más altos desde 2011.

Así, tomando como referencia las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se obtiene que las cuatro estaciones que durante 2015 han medido partículas de tamaños inferiores a 10 micras (PM10) y a 2,5 micras (PM2’5) superan las recomendaciones sanitarias diarias de la OMS, establecidas respectivamente en 50 y 25 ug/m3 (microgramos por metro cúbico) como media diaria, no debiéndose superar más de 3 días al año.

A pesar de ser los más altos desde 2011, por circunstancias meteorológicas, estos niveles y los del resto de contaminantes se encuentran dentro de los límites que no deben superarse según la legislación europea y española, legislación que se ha ido volviendo más permisiva para las partículas y el ozono.

Respecto al ozono, el verano de 2015 ha sido el peor de la última década, desde 2005, por el aumento de las temperaturas estivales, por lo que la ciudad ha rebasado en 97 días, la mitad de los días durante el periodo de más riesgo (abril a septiembre), el nivel de ozono recomendado por la OMS, establecido en 100 ug/m3 como máximo promedio de 8 horas a lo largo de cada día. Además, en la estación de Laguna de Duero se ha rebasado el valor objetivo legal (120 ug/m3 como máximo promedio de 8 horas) en 29 días, por encima de los 25 anuales admitidos por la normativa, mientras la estación Valladolid Sur se ha acercado con 23 días. Los datos de partículas PM10 se han tomado sin tratamiento de ningún tipo, para que puedan ser comparables con los de años anteriores, ya que en 2015 el Ayuntamiento de Valladolid ha seguido aminorándolos al multiplicarlos por un “factor de corrección” de 0’81 en invierno y 0’88 en verano, lo que ha llevado al absurdo de que el nivel de las partículas finas (PM2’5) se eleva algunos días por encima de las partículas PM10 en las que se engloban.

En conjunto la ciudad ha soportado una mala calidad del aire con daños sanitarios para la población durante 122 días, la tercera parte del pasado año, por más que la relajación de la normativa europea y estatal, el cambio de ubicación de las estaciones “conflictivas” o el “cocinado” posterior de algunos datos puedan dar la impresión de una situación más admisible. Dado que la responsabilidad de la contaminación corresponde al uso masivo del automóvil, al margen de determinadas fuentes industriales, Ecologistas en Acción insiste en la necesidad de adoptar medidas efectivas de reducción de la velocidad y número de vehículos en circulación en la ciudad y su entorno, potenciando el transporte público, la bicicleta y el tránsito peatonal, y evitando los aparcamientos rotatorios en el centro urbano.

Estas medidas han demostrado su eficacia durante el “Día sin coches” celebrado el 23 de septiembre, en el que el cierre del centro urbano al tráfico se tradujo en un desplome de la contaminación atmosférica. Asimismo, la revisión del Plan General de Ordenación Urbana en curso debe evitar el desbordamiento de la ciudad más allá de las rondas de circunvalación existentes, reclasificando como suelo rústico todas las “áreas homogéneas” creadas en 2003, y los planes urbanísticos del Alfoz deben asimismo replantearse hacia propuestas de crecimiento contenido y coordinado con la ciudad central, primando la rehabilitación de los barrios populares.

El ozono es un contaminante que provoca por inhalación un incremento de los riesgos de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función pulmonar, especialmente en niños, ancianos y personas con problemas respiratorios crónicos (asma, bronquitis crónica), así como el agravamiento de patologías cardiovasculares. Las partículas en suspensión están relacionadas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares y con tumores en las vías respiratorias y pulmones. La Unión Europea estima en 27.000 los fallecimientos prematuros anuales en España por la exposición a niveles de partículas y ozono como los respirados por los vallisoletanos en buena parte del año 2015.