De puente a puente II: La crónica

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p4259178.jpgp4259187.jpgSi hay una localidad cerca de Valladolid que me resulte especialmente atractiva, es Simancas. No solo su espectacular puente de 17 arcos y con estructuras de diferentes épocas construidas tras años de luchas y ruinas y destrucciones y reconstrucciones, sino que todo el pueblo evoca tiempos de antaño y lo convierten en un sitio donde apetece volver. Recuerdo el olor a leña que se respira en otoño/invierno, un olor atrayente que rememora asados y comidas hechas en buena compañía. p4259188.jpg El puente, alto medieval sobre otro bajo medieval, sobre otro romano, es una obra de ingeniería que parece hecha de retazos; no hay un arco igual a otro. Sus sucesivas reconstrucciones han hecho del puente lo que Aunque no visitamos la localidad, tanto su núcleo urbano, declarado Bien de Interés Cultural como especialmente su Castillo (Archivo General del Reino desde 1540) hacen de este pequeño pueblo un lugar a visitar con más detenimiento, pero esta era una ruta más ciclista y menos explicativa, la ruta histórica sobre el pueblo y la leyenda de las siete mancas, la dejamos para otra ocasión y para otra guía (se buscan voluntarias). p4259199.jpg Y de allí a Puente Duero, una zona que antes era de paso, con una amplia avenida y un puente, también medieval, que, por su estrechez, provocaba incómodos y largos atascos y hacía de este barrio de Valladolid una mera calle con mucho tráfico y edificios alrededor. La apertura de la variante, la reducción del tráfico (prácticamente destinado al tráfico local), nos han permitido ver, bulevares con parterres de hierba centrales donde los niños estaban jugando, terrazas en donde la gente hacía vida y, en definitiva, gente en la calle donde antes solo había coches circulando. Lástima de alguna aberración, como un carril bici zigzagueante totalmente inútil y que solo vale para contar kilómetros en la cuenta de alcaldes y concejales. p4259200.jpgPero bueno, que me voy del tema, el puente que da nombre al barrio, sobre el duero, es de origen medieval, sirve para cruzar el paso sobre el Duero y, también, fue destruido en 1812 por los franceses. Reconstruido posteriormente sobre los pilares originales, todavía se mantiene en su estructura primigenia «a lomo de burro», de forma que quienes vienen por un lado no pueden ver el otro. p4259204.jpgY esta fue la ruta «cultural», porque luego siguió la gastronómica, la ciclista y la terracil, por ese orden, con una parada a reponer fuerzas en «La terraza de Puente Duero», donde degustamos un almuerzo a base de jijas, huevos y patatas fritas, y alguna cervecilla, un tentenpié «colesterol free»*, que nos permitió seguir rumbo hasta Valladolid, donde los ya habituales, alguno nuevo y algún ascivo que no vino a la ruta se sumaron a una ronda. p4259211.jpgp4269214.jpgp4259179.jpgp4259181.jpgp4259182.jpgp4259185.jpgp4259186.jpgp4259188.jpgp4259189.jpg Nos vemos en la próxima Salud y pedal *Colesterol free no significa libre de colesterol, sino colesterol gratis.p4259178.jpg